En un mundo enfocado en la acumulación de bienes materiales, la idea del diezmo puede parecer anticuada o incluso controvertida. Sin embargo, la práctica del diezmo tiene raíces profundas en la fe cristiana, encontrando su base en el Antiguo y el Nuevo Testamento. A lo largo de mi viaje espiritual, me he encontrado con personas que cuestionan la relevancia del diezmo en el contexto de la era cristiana. A menudo se preguntan si este precepto sigue vigente o si es una práctica solo para los tiempos del Antiguo Testamento. Sin embargo, al ahondar en las Escrituras, he descubierto que el principio del diezmo no solo permanece válido, sino que también refleja la naturaleza generosa de Dios y su deseo de que sus hijos participen en su abundante provisión.
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El diezmo es mucho más que una simple obligación financiera. Es un acto de adoración, un reconocimiento de la soberanía de Dios y una oportunidad para expresar nuestra gratitud por sus bendiciones. En este artículo, exploraremos tres razones bíblicas que sustentan la práctica del diezmo en el Nuevo Testamento, examinando cómo este principio se aplica a la vida de los cristianos en el siglo XXI.
El diezmo en el Nuevo Testamento: Un principio perdurable
La práctica del diezmo, aunque tiene sus raíces en el Antiguo Testamento, no desaparece en el Nuevo. A pesar de la transformación de la Ley Mosaica, encontramos en el Nuevo Testamento principios que apuntan hacia la validez del diezmo como expresión de fe y generosidad.
En el libro de Malaquías, uno de los últimos libros proféticos del Antiguo Testamento, Dios reprende a su pueblo por dejar de diezmar. “Traigan todos los diezmos al alfolí, para que haya alimento en mi casa, y pruébenme ahora en esto”, dice el Señor de los ejércitos. “Si no me abren las ventanas del cielo y vierto sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10). Este pasaje resalta la naturaleza esencial del diezmo como una expresión de fe y confianza en Dios, prometiendo una bendición abundante como consecuencia de la obediencia.
En el Nuevo Testamento, Jesús no abroga explícitamente la ley del diezmo, pero sí habla de la necesidad de dar con generosidad y con un corazón dispuesto. En Lucas 6:38, Jesús dice: “Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida buena, apretada, remecida y que rebosa, porque con la medida con que midan, se les medirá a ustedes”. Este pasaje enfatiza la reciprocidad en la generosidad. Al dar, no estamos perdiendo, sino que estamos invirtiendo en un retorno abundante de la mano de Dios.
Tres razones bíblicas para diezmar en el Nuevo Testamento
Aunque el mandamiento del diezmo no se menciona directamente en el Nuevo Testamento, existen tres razones bíblicas que sustentan la práctica del diezmo para los cristianos de hoy:
- Reconocimiento de la soberanía de Dios: El diezmo es un acto de adoración y reconocimiento de que Dios es el dueño de todo. Damos el diezmo porque entendemos que todo lo que tenemos proviene de él.
- Apoyo al trabajo del reino: El diezmo juega un papel fundamental en el sostén del ministerio de la iglesia y en la extensión del evangelio. Al dar, ayudamos a que la iglesia cumpla con su misión de predicar la Palabra, servir a los necesitados y hacer discípulos.
- Crecimiento espiritual: Dar al diezmo es una forma de ejercer nuestra fe y confiar en la provisión de Dios. No se trata de un acto forzado, sino de un acto voluntario que nace de un corazón agradecido y dispuesto a compartir con Dios.
Hacia una cultura de generosidad
En el Nuevo Testamento, el diezmo se convierte en un modelo de generosidad. Los primeros cristianos compartían sus bienes, recursos y tiempo para satisfacer las necesidades de los más necesitados. El apóstol Pablo describe la primacía de “dar con alegría” (2 Corintios 9:7).
Hoy en día, adoptar una cultura de generosidad va más allá del diezmo. Implica una disposición a compartir nuestros recursos, nuestro tiempo y nuestro talento para construir el reino de Dios. Dios nos llama a vivir con un corazón generoso, dispuesto a dar sin esperar nada a cambio. En este sentido, el diezmo se convierte en un punto de partida para una vida de generosidad que transforma nuestras vidas y el mundo a nuestro alrededor.
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Consejos prácticos para el diezmo en el Nuevo Testamento
Si estás considerando diezmar por primera vez, o si buscas profundizar en tu práctica del diezmo, te ofrezco algunos consejos:
- Ora y busca la guía de Dios: Antes de comenzar a diezmar, dedica tiempo a la oración. Busca la guía del Espíritu Santo para entender cómo el diezmo puede encajar en tu vida y cómo puedes hacerlo con un corazón dispuesto.
- Elige un lugar donde puedas dar con confianza: Investiga diferentes organizaciones o iglesias que te inspiran y que estés seguro de que usarán tus donaciones para avanzar el reino de Dios.
- Sé constante: El diezmo no es un acto esporádico, sino una expresión regular de tu fe. Define un porcentaje o una cantidad fija que puedas dar con regularidad.
- No te desanimes si no ves resultados inmediatos: El diezmo es una inversión en el Reino de Dios y es un camino para desarrollar tu confianza en su provisión. No te fijes en los resultados como un indicador de su fidelidad.
Preguntas frecuentes sobre el diezmo en el Nuevo Testamento
- ¿Es necesario diezmar en el Nuevo Testamento? Si bien el mandamiento del diezmo del Antiguo Testamento no se repite exactamente en el Nuevo Testamento, los principios de generosidad y ofrendar a Dios están fuertemente presentes en las enseñanzas de Jesús y los apóstoles, y el diezmo es una manera de practicar esos principios de forma consistente.
- ¿Qué porcentaje debo diezmar? La Biblia no establece un porcentaje específico para el diezmo. Tradicionalmente, se ha considerado el 10% de los ingresos, pero cada persona puede decidir qué porcentaje dar en función de sus prioridades y su relación con Dios.
- ¿Qué puedo hacer si no tengo suficientes ingresos para diezmar? Si te encuentras en una situación financiera difícil, no te sientas presionado a diezmar más de lo que puedas. Ora por sabiduría y busca la guía del Señor para saber cómo puedes contribuir al trabajo del reino.
- ¿Dónde debo dar mi diezmo? Puedes dar tu diezmo en la iglesia a la que asistes, en una organización benéfica cristiana o en cualquier lugar donde sientas que tu donación será utilizada para el bien de otros.
El Diezmo En El Nuevo Testamento 3 Razones Bíblicas
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Conclusión
En el Nuevo Testamento, el diezmo no es un mandamiento legal, sino una expresión de fe y gratitud que tiene un profundo impacto en nuestras vidas espirituales y en el avance del Reino de Dios. El diezmo nos recuerda que todo lo que tenemos pertenece a Dios y que estamos llamados a compartir sus bendiciones con otros. Al diezmar con un corazón agradecido, estamos invirtiendo en nuestra propia transformación espiritual, en el crecimiento de la iglesia y en la extensión del evangelio al mundo.
Te animo a explorar el principio del diezmo en el Nuevo Testamento, a orar por sabiduría al respecto y a comprometerte con una vida de generosidad que honre a Dios y bendiga a otros. ¿Te interesa explorar más sobre este tema? ¡Comparte tus pensamientos y preguntas en los comentarios!
